Los carteles estáticos anunciando un producto o llevando un mensaje de la marca pueden mirarse una vez, unos pocos segundos, y luego desaparecen del campo de visión o, peor aún, se vuelven contraproducentes si por ejemplo señalan algo sobre la calidad de atención y el cliente lleva varios minutos de espera en el lugar.
Tampoco son muy positivos los televisores que repiten hasta el infinito noticieros o videos musicales: o los ponen sin sonido para no alterar el ambiente, lo que quita sentido a la propuesta, o el volumen efectivamente se vuelve molesto para quienes están en las cercanías del aparato.
La aceleración de la vida digital que vivimos en estos últimos meses produjo un consumidor que necesita soluciones inmediatas y efectivas. Por eso, entre los desafíos que deja el COVID-19 para todas las empresas que tienen puntos físicos de atención al cliente, desde bancos hasta oficinas públicas, desde supermercados hasta tiendas de indumentaria, está el de rediseñar la experiencia del cliente en esos lugares.
La cartelería digital (digital signage) podría jugar un rol muy importante. Se trata de la emisión de contenidos digitales a través de un conjunto de pantallas, centralizados desde un único punto.
Una investigación de la revista Digital Signage Today reveló hace unos años que esta tecnología disminuye la percepción del tiempo de espera: un 33% de los consultados aseguraba haber pasado menos tiempo que el real dentro de la tienda.
Es que si los contenidos están bien diseñados y son relevantes para el consumidor (brindan información concreta sobre el proceso que la persona está llevando a cabo dentro del lugar, destacan alguna oferta específica para ese día, aportan datos sobre lo que ocurre con el tránsito en los alrededores) captan la atención, sorprenden al usuario y mejoran su experiencia general.
Lo más interesante: no hay límites. En la pantalla puede aparecer tanto un texto como un video, imágenes estáticas o contenidos de las redes sociales de la marca.
Pero estos no son los únicos beneficios que propone: también permite llegar con una propuesta al consumidor justo en el punto de venta para movilizar alguna decisión de compra y habilita el diálogo con el cliente. Al ser interactivo, es una vía ideal para que el usuario capture algún dato con su teléfono móvil a través de un código QR y se lleve la marca consigo o para que en ese ida y vuelta permita a la empresa medir su comportamiento y ajustar aún mejor sus mensajes.
Los contenidos se pueden segmentar de acuerdo al tipo de cliente que asista a cada sucursal, programar para mostrar diferentes propuestas en distintos días y horarios o adaptarse a diferentes situaciones. Los cambios se realizan en tiempo real de acuerdo a lo que solicita las circunstancias y en unos pocos clics.
Conclusión
En pocas palabras, la cartelería digital es una vía ideal para llegar con el mensaje correcto en el momento adecuado a los clientes que se encuentran en una sucursal o en un punto de venta.
Así se comprometen con la marca, se vuelven más leales, consumen más y, lo más importante, no tienen que estar mirando noticieros o videos musicales que podrían estar totalmente lejos de sus intereses.
